logo-moraig-blanco
Peques al agua

Peques al agua: beneficios, precauciones y cómo elegir las clases de natación para bebés

27 de septiembre de 2018

¿Estás pensando apuntar a tu peque a clases de matronatación? Sin duda las vais a disfrutar los dos muchísimo y además a tu bebé le van a venir estupendamente para su desarrollo.

La matronatación o natación para bebés está muy de moda. Son muchos los padres que deciden llevar a la piscina a sus peques con pocos meses para que vayan adquiriendo habilidades en el agua. Y es que los beneficios de la natación en bebés y niños pequeños son muchos y están demostrados.

Entre otras ventajas, la natación en bebés ayuda al desarrollo psicomotriz, cognitivo, psicológico y de las habilidades sociales.

Sin embargo, también hay padres que dudan, porque creen que comporta exponer a sus bebés a riesgos innecesarios.

En este post te vamos a explicar qué es la matronatación, los principales beneficios de la natación para bebés, los riesgos que existen y cómo puedes minimizarlos. Para que tengas una idea general y decidas si quieres tirarte a la piscina con tu bebé o prefieres no hacerlo.

Qué es la matronatación o natación para bebés

Se llama matronatación a los ejercicios en la piscina especialmente diseñados para bebés y niños de entre 0 y 3 años. Para empezar, tienes que tener claro que aunque se hable de natación no se trata de que aprendan a nadar. Hasta los cuatro años los peques no desarrollan las capacidades motrices y de coordinación necesarias para ello.

Por eso es necesario que los peques estén acompañados en todo momento por sus padres o algún cuidador en el agua.

El objetivo es diferente en función de la edad del niño. En los primeros meses, hasta el año, se trata básicamente de que no pierdan reflejos que ya traen ‘de serie’. Como por ejemplo cerrar la glotis al meter la cabeza en el agua de forma instintiva o ponerse en posición de flotar. También que disfruten del agua, del movimiento y de los estímulos que aporta, además del contacto con su mamá o su papá.

A partir del año se practican ejercicios para mejorar las habilidades. Como el equilibrio y la búsqueda del eje de flotación en movimiento. Además de aprender a tirarse al agua y salir o realizar inmersiones más largas.

También debes quitarte de la cabeza que tu peque vaya a aprender a defenderse solo en el agua con las clases de natación para bebés. No es ese el objetivo. Algunos de los ejercicios enseñan a los bebés a girarse boca arriba en el agua cuando caen y flotar. Pero solo podrán hacerlo por brevísimos instantes.

Así que jamás debes descuidarte ni, por supuesto, dejarle solo cerca del agua. Más bien al contrario. Uno de los riesgos de que tu peque se habitúe al medio acuático es que le perderá el miedo. Es más probable que intente meterse solo en un descuido.

Las clases de matronatación suelen durar entre 30 y 45 minutos. No se recomienda que sean más largas porque los bebés realizan mucho ejercicio y se cansan pronto. Además, regulan peor la temperatura corporal y se quedan fríos antes, aunque la piscina esté climatizada. Tampoco es bueno que reciban estímulos durante un tiempo más prolongado, podrían aburrirse y perder el interés.

En este tiempo, guiados por un monitor, los padres realizan distintos ejercicios de natación con los bebés en el agua, ayudándose de material específico como tablas o ‘churros’ de espuma, además de juguetes y canciones.

Ejercicios de natación para bebés

Algunos de los ejercicios que se realizan en las clases de natación con bebés son los siguientes:

  • Desplazamientos boca arriba y boca abajo: Consiste simplemente en trasladar al bebé de un lado al otro de la piscina o bañera en las dos posiciones. Puede hacerse apoyándolos simplemente en los brazos o el hombro de sus padres o con la ayuda de tablas o churros.
  • Inmersiones: Es lo que más miedo suele dar a los padres. Parece que el bebé se te va a ahogar, pero, realizado con las indicaciones del monitor, te sorprenderá lo pronto que aprende a meter la cabeza sin tragar agua. De hecho, si es muy pequeño lo hará de forma instintiva.
  • Inmersiones con desplazamiento: Otro de los ejercicios de natación para bebés habituales, cuando ya se tiene algo de práctica, es el de meter al bebé bajo el agua y propulsarlo ligeramente para que bucee y salga por sí solo.
  • Tirarse solos: En cuanto los bebés se sientan por sí mismos, se puede empezar a practicar con ellos que se tiren desde el bordillo al agua. Acabarán haciéndolo solos y, cuando anden, de pie.
  • Coger y manipular objetos: Se estimula a los bebés para que alcancen objetos que flotan o que se colocan en las paredes de la piscina. Más adelante los cogerán también del fondo.
  • Juegos y canciones: En la mayoría de las clases, los ejercicios de natación para bebés se intercalan con canciones que invitan a los peques a chapotear o moverse en el agua. Y con juegos como pasar por debajo de puentes de espuma o mojarse con regaderas. La parte lúdica es fundamental para que los bebés se impliquen y disfruten en la piscina.

Cuándo apuntar a un bebé a natación: edad recomendada

Muchos padres se preguntan cuál es el momento adecuado para empezar con las clases de natación para bebés. Nunca es tarde, pero sí que se recomienda esperar al menos hasta los cuatro meses para comenzar.

El motivo es que hasta esa edad los bebés no tienen bien desarrollado el sistema inmune ni el respiratorio y es más probable que cojan infecciones o virus. Tampoco regulan bien la temperatura y se enfrían con facilidad en el agua.

Nuestro consejo es que lo apuntes en torno a los seis meses. Es cuando más va a empezar a disfrutar y todavía no habrá perdido reflejos primarios que viene bien trabajar.

También dependerá de la época del año en la que nazca. No es recomendable que empiece las clases en pleno invierno si el clima es muy frío. Mejor esperar a la primavera. Al año siguiente, más habituado, ya podrá ir también en invierno.

Beneficios de la natación para bebés

Son numerosísimos los beneficios que la matronatación tiene para el desarrollo de los bebés. Podemos agruparlos en:

– Beneficios físicos y psicomotrices: La natación para bebés ayuda a desarrollar el equilibrio, la coordinación y el sentido del espacio.

Además, es un ejercicio cardiovascular estupendo, fortalece el sistema respiratorio y favorece el desarrollo muscular, la fuerza y la resistencia.

– Beneficios psicológicos y cognitivos: El agua es un medio lleno de estímulos. Está demostrado que la estimulación temprana tiene numerosos beneficios en el desarrollo cognitivo de los peques.

A nivel psicológico, la natación les hace ganar confianza e independencia. Y evita traumas que pueden surgir si acercamos a los niños muy tarde al agua.

– Beneficios sociales: La matronatación suele practicarse en grupos. De esta forma, los bebés, que suelen tener una vida social limitada, aprenden a relacionarse con otros bebés y adultos mediante el juego. Y desarrollan sus capacidades por imitación.

Riesgos de la matronatación y cómo minimizarlos

Está claro que los beneficios de las clases de natación para bebés son numerosos. No obstante, también existen ciertos riesgos que no se deben pasar por alto.

Te indicamos los más frecuentes y cómo minimizarlos:

  • La hiperhidratación por tragar excesiva agua o hipotermia por pérdida de calor corporal: Se pueden evitar no sumergiendo en exceso al peque. Asegúrate de que la temperatura del agua y del exterior son las adecuadas. Evita sesiones muy prolongadas.
  • Las infecciones: otitis, conjuntivitis u hongos. Son imposibles de evitar al 100%. Elegir una piscina con adecuadas medidas de salubridad y con poco cloro es la medida preventiva fundamental. También evitar en lo posible que entre agua en el oído del peque (los tapones no son recomendables cuando son muy pequeños). Y usando siempre algún calzado para moverse por las inmediaciones de la piscina y en las duchas.
  • Diarreas o procesos víricos: Son menos frecuentes, pero, como en la guardería o en todos los sitios donde hay tránsito de gente y que usan grupos de personas al mismo tiempo, en la piscina tu peque puede coger algún virus intestinal o respiratorio. No hay prevención concreta, más allá del refuerzo del sistema inmune mediante la alimentación.
  • Traumatismos: Cuando empiezan a moverse por sí mismos, es posible que sufran algún resbalón o caída. Advertirles de que deben caminar con cuidado y colocarles calcetines antideslizantes especiales o escarpines son formas de minimizar el riesgo.
  • Exceso de confianza: No es un riesgo de las clases de natación en sí, porque siempre estarán acompañados de padres y monitores. Pero sí es posible que al acostumbrarse al medio acuático y disfrutar en él, los niños pierdan la sensación de peligro o alerta que suele provocarles el agua. Es decir, pueden confiarse y pensar que pueden manejarse solos y que ello les incite a tirarse al agua. Es fundamental no perderles jamás de vista cuando hay agua cerca, hayan ido a clases de natación para bebés o no.

Cómo elegir la piscina para matronatación

El riesgo cero no existe, como en ningún proceso o actividad. Sin embargo, sí que te recomendamos que dediques un tiempo a estudiar con detenimiento la piscina a la que vas a llevar a tu peque a las clases de matronatación. Como siempre, la calidad se paga pero merece muchísimo la pena.

Estas son las características que debes pedirle a la piscina de matronatación:

  • Temperatura de al menos 32 grados. Tanto del agua como ambiental. Si es más baja, el peque podría sufrir una hipotermia.
  • Tratada con bromo, ozono o con muy poco cloro: No es recomendable exponer a bebés de menos de un año al cloro, por varios motivos: porque pueden tragárselo, por lo agresivo que es con la piel y por las reacciones que provoca en los ojos. Por eso, lo ideal es que lleves a tu bebé a una piscina tratada con otro método, como el bromo o el ozono. La solución salina también es válida, pero suele mezclarse con cloro en piscinas públicas para hacerla más efectiva. En cualquier caso, si lleva cloro, no debe superar el 0,6% (las de adultos llegan al 1%). Por eso lo  ideal es que las clases se den en piscinas independientes o bañeras grandes.
  • Limpieza y seguridad: Es algo que debe exigirse a cualquier piscina, pero más aún a la que vas a llevar a tu bebé. Que tanto la alberca como las inmediaciones y los vestuarios estén en perfectas condiciones de salubridad. Y que no haya malos olores ni moho. Te recomendamos que busques unas instalaciones en las que los vestuarios estén cerca de la piscina. O que te permitan cambiarlo dentro, para que tu peque no se enfríe por el camino.
  • Monitores especializados: Es fundamental informarte bien de quién va a guiar las clases de matronatación. Que estén formados y especializados en natación para bebés y sepan además socorrismo es lo mínimo que les debes exigir. Más allá de que su método te guste más o menos.

4 Comentarios

  1. Estefania

    Me podrías decir si es obligatorio que esté el monitor dentro del agua dando la clase

    Responder
    • Aixa Barbellido

      Hola Estefanía,
      Nosotros no somos expertos monitores de matronatación, pero es posible que según la metodología de cada escuela o monitor no sea necesario que el monitor esté en el agua. Además, la matronatación es un ejercicio entre tú y tu bebé, el monitor os instruirá para que lo hagáis correctamente y disfruteis, así que es posible que desde fuera de la piscina tenga mejor visión que desde dentro del agua, ya que estará más alto.
      ¡Un saludo!😊

      Responder
  2. Natación infantil valencia

    Una información muy importante a tener en cuenta. Muchas gracias por compartir.

    Responder
  3. Mario

    Gracias por la información, me ha resultado muy útil. Un saludo.

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

catorce + 8 =