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Las tablas Wobbel y mis hijos

14 de noviembre de 2018

Hace más de un año nos dijeron que nuestros niños, al ser mellizos y no haber tenido suficiente movimiento en mi útero por lo que no habían podido desarrollar plenamente el sistema vestibular, lo que viene a ser el equilibrio. Y, como todo está relacionado, una inmadurez del sistema límbico repercute en otras áreas de la vida de nuestros pequeños, desde el equilibrio y la coordinación hasta las emociones.

Tras la valoración inicial desarrollada por una psicóloga infantil especializada en reflejos primarios, Cristina de Arespacochaga, empezamos a realizar algunos ejercicios en casa que complementaban los que realizaba ella en consulta. Todo ello, basado en los métodos que explica de mil maravillas Sally Goddard Blythe en su libro “El niño bien equilibrado”. El concepto básico, puesto de una forma muy muy simple, es que el sistema límbico se desarrolla generando pequeños “mareos” que van “entrenándolo”.

En su libro, Sally establece varios movimientos tales como mecer de derecha a izquierda y de delante hacia atrás, para los que nos viene de lujo contar con la Tabla curva de Wobbel. Para otros ejercicios, usamos la tabla redonda, para conseguir un movimiento circular. Además, estos ejercicios los complementamos con un columpio.

En estos tiempos que corren, con al auge de los partos múltiples, la falta de tiempo para ir al parque para que nuestros hijos puedan moverse con total libertad, a lo que se le une el ritmo frenético de nuestras vidas, las tablas curva y redonda de Wobbel son un complemento ideal para el desarrollo de nuestros niños y les permiten disfrutar de un movimiento libre y creativo, especialmente durante los meses de invierno. Además, quedan preciosas en el salón, ¿¡para qué vamos a engañarnos!?

Este artículo no está patrocinado en modo alguno.

Escrito por Ellie Monteiro del blog ¿mamá que hacemos hoy?

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