Cubo blandito de actividades para bebé rosa Little Dutch
La importancia del sonajero
El sonajero ayuda al niño a saber que él puede hacer que las cosas ocurran a su alrededor. Si lo agita suena, se ilumina, cambia de forma… Esto es una satisfacción para él y básico en el desarrollo de su inteligencia:
Estimula sus sentidos: con sonidos, luces, colores, distintos materiales… el niño pone en marcha la vista, el oído y el tacto.
Mejora su coordinación: el niño quiere coger lo que ve y para ello es necesario que coordine la vista y las manos. Jugar con el sonajero le ayuda y verás como cada vez lo hace más rápido.
Nos ayuda a establecer rutinas: ¿jugamos con el sonajero antes del baño? Su sonido le va a ayudar a saber que después del juego, vendrán las pompas de jabón y el posterior masajito.
¡Estamos estimulando su memoria!
Ni que decir tiene que durante las primeras semanas, tu bebé es incapaz de coger el preciado sonajero. Su agarre es todavía "reflejo": cierra la mano alrededor de cualquier objeto que le pongan en la palma, pero es incapaz de ir al encuentro de un objeto que le interesa. De hecho, es importante no dejarle sujetar el sonajero demasiado pronto: como sus movimientos son lógicamente agitados y bruscos, puede propinarse un buen golpe y luego coger manía a un juguete tan agresivo.
En cuanto tu pequeño se dé cuenta de que el juguete no se encuentra entre sus dedos por casualidad, sino porque su mano ha querido cogerlo, no se cansará de agitarlo para contemplarlo y oírlo cascabelear. Evidentemente, se lo querrá llevar a la boca. Es un ejercicio difícil, pero que le enseñará a ajustar bien sus movimientos.
Cuando el bebé ya coge los sonajeros en la mano.
Para ayudarle a superar esta etapa con éxito, escoge un modelo de sonajero que no sea ni muy grande ni muy pesado, pero que tenga varios puntos de agarre para que sus deditos puedan sujetarlo. Y no le extraigas las bolitas que se entrechocan, porque son precisamente esas bolitas las que despiertan el interés de tu hijo por este juguete.