Juego de memoria táctil

El tacto es el gran olvidado de los materiales sensoriales. La mayoría se centran en estimular la vista o el oído. Por eso este juego de memoria táctil es tan especial. Invita a los peques a cerrar los ojos y dejarse guiar solo por lo que sienten sus manos. Un ejercicio fantástico.

El juego de memoria táctil que te proponemos está compuesto por un tablero en el que encajan 12 cilindros de madera. Son todos del mismo tamaño, el mismo peso y la misma forma. Pero cada uno de ellos tiene una textura diferente en la parte superior. Una textura que conicide con una de las 12 texturas que tienen los huecos del tablero.

El reto consiste en ser capaces de emparejar las texturas idénticas y colocar cada cilindro en el hueco que le corresponde. Todo ello con los ojos cerrados, para que sea únicamente el tacto lo que nos guíe.

En Moraig the Store nos encantan los materiales sensoriales que te invitan a concentrarte en un solo sentido. En este caso el tacto. Solo cerrando los ojos somos capaces de desarrollar al máximo la sensibilidad del tacto y estimular este sentido al máximo.

Es lo que pasa, por ejemplo, con las personas que no pueden ver, que desarrollan más otros sentidos, como el oído o el tacto.

Lo cierto es que vivimos en un mundo en el que la mayoría de los estímulos que recibimos son a nivel visual o auditivo, lo que hace que no desarrollemos plenamente otros sentidos, como el tacto.

Sin embargo, el tacto es un sentido fundamental y si lo trabajamos desde pequeños nos aportará información y sensaciones muy interesantes a lo largo de nuestra vida. Nos ayudará a ser más sensibles ante distintos tipos de materiales o ante el frío o el calor, por ejemplo.

Este juego de memoria táctil es muy útil para conseguir que los peques trabajen el sentido del tacto y lo desarrollen al máximo.

El juego de memoria táctil, un material sensorial fantástico

Rugoso, crujiente, suave, blando, duro, metálico, aterciopelado… Este memo táctil no solo sirve para aprender a distinguir distintos tipos de texturas, sino también para ponerles nombre y definirlas. ¿Cómo es lo que estoy tocando? ¿Es agradable o desagradable? Es lo que se conoce como poner nombre a las sensaciones. Un ejercicio estupendo para desarrollar el lenguaje descriptivo.

Se trata de un juego de memoria para desarrollar el tacto al que los peques pueden jugar solos, pero que también se puede jugar en familia. Podéis hacer turnos, coger cada uno un número determinado de cilindros e ir colocándolos en sus huecos. ¿Los acertaréis todos?

Es un material que pueden usar los peques a partir de los 3 años, aunque seguro que antes ya disfrutan tocando los cilindros y los huecos y emparejándolos con los ojos abiertos, no solo por la textura, sino por los colores.

La estimulación sensorial es fundamental para el desarrollo integral de los peques. Los estímulos que reciben a través de los sentidos son los que ponen en marcha los mecanismos cerebrales básicos, como la atención, concentración o la memoria, y permiten desarrollar los más elaborados, como el razonamiento, la resolución de problemas o el lenguaje.

Por eso los materiales sensoriales, como este juego de memoria táctil tan interesante, no pueden faltarnos nunca en casa, para ayudara nuestros peques a que desarrollen al 100% todas sus capacidades.