Ver las 3 opinionesEsta caja registradora de madera es perfecta para horas de juego de rol.
La caja registradora Little Dutch incluye un escáner, botones de números, un cajón para el dinero en efectivo, dinero y datáfono y tarjeta de crédito.
Estamos acostumbrados a la fuerza que han tomado las nuevas tecnologías y con ello, hemos visto cómo los juegos electrónicos se han convertido en los favoritos de muchos niños alrededor del mundo. Sin embargo, no hay que pensar que los clásicos se han acabado ni debemos olvidar lo positivos que son los juguetes más tradicionales para el aprendizaje de muchas capacidades básicas.
Estos juegos también ayudan en el aprendizaje de la empatía, ya que las niñas y niños pueden empezar a compartir emociones, manifestar pensamientos y necesidades de una forma más clara. Además, les son útiles para ejercitar el lenguaje, los números... entre otras tantas habilidades. El hecho de poder organizar la fruta les brinda un sentido del orden y el trabajo en equipo, especialmente cuando comparten el juego con otros niños.
La caja registradora también ayudan a construir el sentido de responsabilidad, ya que es un acercamiento a la organización que se dispone sobre una clienta/e, con sus respectivas obligaciones, limpieza y el cuidado de quienes les compra el producto . Cuidar de la parada para vender también les permite comenzar a tomar independencias por sí mismos, en aspectos como el precio de venta, por ejemplo. Sin olvidar mencionar que es una gran manera de aprender a compartir con otros niños, mediante la creatividad y el incentivo de la imaginación
Cocina Little Dutch : A los peques de casa les encanta hacer de cocinitas, y esta maravillosa cocina tiene de todo para poder hacer los mejores platos.
Incluye:
Tostadora Little Dutch: No puede ser mas bonita esta tostadora con sus complementos, a partir de hoy los peques de la casa nos preparan el desayuno
Incluye:
Esto y mucho más puedes encontrar en nuestra tienda Moraig the store
Caja registradora con escáner menta Little Dutch
Una mañana de 2008, Rinke que estaba embarazada de su hija mayor, fue a buscar lámparas bonitas para la habitación de su bebé.
Y por mucho que buscó, no encontró nada que se acercara a lo que tenía en mente..
En ese momento, Rinke era profesora de arte y manualidades, así que se le ocurrió la idea de hacer ella misma un diseño para una pantalla de lámpara.
Se divirtió tanto haciendo esto que comenzó a crear pantallas de lámparas con su hermana Marije semanalmente desde un pequeño ático.
Había mucha demanda por sus lámparas y las hermanas empezaron a venderlas online.
Además de las lámparas, las hermanas hicieron pinturas y letras decorativas, en esta consistía su jornada de artesanía semanal.
De la tela que quedó después de producir lámparas, comenzaron a hacer sábanas a través de un pequeño lugar de trabajo.
A medida que aumentaba la demanda, empezaron a trabajar en un taller de costura y se introdujeron sus primeros diseños: un avión y un patrón de flores.
A medida que el negocio crecía, Rinke tenía un objetivo final; vender sus productos en tiendas de toda Europa y con eso surgió un nuevo nombre: ¡nació Little Dutch!
La pequeña habitación del ático se cambió por un edificio más grande.
A Rinke se le ocurrió la idea de ampliar la gama de productos con peluches, y así creó su primera línea de conejitos blandos.
Con el tiempo, siguieron los primeros juguetes de madera como parte de la gama de productos, que resultó ser un gran éxito.
Mientras tanto, Little Dutch se ha convertido en una firma de prestigio tanto en los Países Bajos como en otros países de Europa.
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